Conócete a ti mismo
Este consejo de Sócrates conocido por todos aquellos que lo hemos podido leer, es una frase bastante singular que encierra el camino que cada uno desea o le ha tocado en suerte transitar.
Nací un 14 de Mayo, hace 37 años, mi padre siempre deseo tener una hija mujer, tanto es así que cuando nació mi hermano, el primogénito, ya tenia nombre, se llamaría Gabriela Mercedes, así que en un plan de emergencia debieron conseguir un nombre que lo identificara, por supuesto que en ese tiempo no se podía saber ni remotamente el sexo del bebe y mucho menos se podría llegar a pensar que de hecho se sabría.
En la intimidad de mi casa y amigos tengo diferentes sobrenombres: Mechys, Merce, y Mecha, con ellos suelen nombrarme mis padres, amigos y jefes y cada uno lo adecua a mi persona como mejor le parece, pero con todos ellos yo me siento identificada, además esta bueno eso de encontrar variantes en el nombre.
Sin lugar a dudas la identidad es algo que te marca desde el momento de la concepción, saber quien sos, tener un lugar de pertenencia, y con el tiempo darte cuenta que te pareces a alguien, que tenes rasgos de abuelos, tíos, primos eso otorga un sentido de conformación de grupo que determina tu aquí y ahora. Esto es en parte lo que conforma la identidad.
Cabe acotar que la búsqueda de uno mismo por saber quien es en la vida, lleva a crisis que son inevitables, puesto que no podemos evitar que en algún momento la pregunta aparezca y de hecho han aparecido en mi existencia, aquella preguntas que tiene que ver con la vida, con la muerte, y encontrarnos con respuestas parciales, porque es natural que respuestas a este tipo de cuestionamiento se den en forma parcial en el mejor de los casos, ya que en otros posiblemente no se obtenga respuesta, encontraremos aproximaciones a lo que buscamos, es necesario para nosotros encontrarle un sentido a la vida, puesto que detenernos a pensar quien soy, que hago, porque estoy aquí, que es la vida, que es la muerte, si estamos en este mundo por la voluntad de Dios, por el producto del azar o atribuir nuestra suerte al destino o que es lo que determina el éxito en nuestras vidas, tienen que ver con una mirada de un adolescente que recién asoma al mundo, entonces nos disponemos a descartar estos pensamientos a medida que comenzamos a andar el camino que nos invita a transitar las exigencias de la vida.
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